EV
Antes de entrar, vamos a ver como determina la cámara en automático cual es la exposición correcta: Mediante experiencias se ha determinado que si tomamos una foto correctamente expuesta y con los colores correctos y la metemos en la batidora (informática, claro) para mezclarlo todo, se obtiene un gris neutro con un valor del 18% de negro.
El EV (Exposure value) es el puntal donde se aguanta toda la teoría de la fotografía. Manejando ese concepto podemos influir decisivamente para que nuestras fotos se parezcan a lo que queríamos que fuesen. Los fabricantes lo saben de sobras y han creado todo tipo de programas automáticos de fotografía (retrato, paisaje, nocturna…) para una vez más ahorrarnos el problema de pensar y conseguir que todas las fotos que se hacen en determinado lugar parezcan la misma…
Sin embargo el concepto es sencillo y muy fácil de entender. Con un poco de práctica se automatiza su uso y ya no hay que pensar, que es lo que parece que quiere todo el mundo.
El EV se basa en tres variables combinables entre ellas:
a/ El ISO, ASA o sensibilidad. En analógico estaba claro: El negativo era un plastico recubierto de granos de sales de plata que reaccionaban con los fotones de luz. Si los granos eran pequeños había muchos para recubrir el negativo y se necesitaban muchos fotones para activarlos. Si se hacen más grandes, con menos fotones tenemos bastante y la película es más sensible. Supongo que en digital lo que hacen es modificar de alguna forma como lee la electrónica el número de fotones que recibe cada pixel. El resultado es que tenemos una escala de sensibilidades
100, 200, 400, 800, 1600…
En la que el doble de número equivale al doble de sensible.
b/ El tiempo de exposición. Esto es el tiempo que la superficie sensible está expuesta a la luz y se mide en partes de segundo.
1”, 2, 4, 8, 15, 30 (un treintaavo de segundo) 60, 120, 250, 500, 1000 (una milésima de segundo)
Cada tiempo divide el anterior por dos (redondeando para llevar unos números más fáciles de manejar) por lo que entra la mitad de la luz en cada paso.
Y
c/ Diafragma. Es el agujero a través del cual penetra la luz hacia la superficie sensible. Los números son
…2,8; 4; 5,6; 8; 11; 16; 22…
Como estamos hablando de áreas de un agujero, los números se doblan pero de dos en dos. Tambien cumple la regla de que cada diafragma deja pasar doble o mitad que el adyacente y eso es el concepto que debemos quedarnos. Un número más alto indica que pasa menos luz, un agujero más pequeño.
Bien, pues ahora se trata de combinar estos tres factores para conseguir aquel 18%.
Para poner un ejemplo, se trata de llenar un cubo de agua. El tamaño del cubo es la sensibilidad, contra más pequeño, antes se llena. El diámetro del chorro de agua es el diafragma y obviamente el tiempo de exposición es el tiempo que tenemos abierto el grifo.
Lo realmente divertido es darnos cuenta que las tres variables funcionan como doble-mitad. Si escribimos en unas cintas de papel las tres series de números, podemos dejar una fija por decisión propia en función del resultado que queremos obtener y en las dos otras cintas leyendo los valores que quedan juntos obtenemos un montón de posibilidades para conseguir ese nivel de exposición correcta.
Por ejemplo, para una foto que quedaría correcta a 100 ASA, 250 de velocidad y 8 de diafragma (más o menos una foto en un lugar soleado…) podríamos fijar el 100 ASA y disparar a (125, 11) o (60,16) o (250,8) o…
¿Y como sabemos que está bien expuesta la imagen? pues vigilando el histograma, que es una curva que nos muestra la cámara en su pantalla. Esa curva nos está mostrando de izquierda a derecha los niveles de gris que contiene la imagen (esa cinta de la que hablaba antes) estando el negro a la izquierda y el blanco puro a la derecha. La altura que alcanza cada nivel es proporcional a la cantidad de pixeles que contienen ese nivel de gris. En principio una imagen bien expuesta corresponderá a un histograma en el que las dos puntas extremas queden dentro de la gráfica. si la curva se "chafa" en un extremo u otro nos está diciendo que tenemos o zonas absolutamente saturadas, blancas, sin detalle, o absolutamente negras... y aunque seguramente volveremos sobre esto, digamos que nuestra mente no entiende demasiado bien las zonas absolutas. Mirad a vuestro alrededor y no descubrireis ninguna zona que no tenga algo de detalle...
Una imagen pasadita de exposición
Y una imagen corta de exposición
Y esta es la imagen equilibrada sin zonas negras ni quemadas
Igualmente podríamos fijar el valor de diafragma o velocidad y mover los otros dos. Este juego es el que abre grandes posibilidades expresivas a la fotografia que hagamos. ¿son iguales los resultados obtenidos en estas combinaciones? No, evidentemente. Eso sólo nos asegura una exposición correcta. La combinación de esos parámetros de una u otra forma nos abre un abanico de posibilidades creativas que debemos intentar aprovechar.
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Y ahora vamos a suponer que ya nos sabemos como funciona la cámara, donde hay que apoyar el dedito y vamos a hacer fotos.
¿Si? ¿De verdad? No. Eso ya lo sabíamos de antemano. Todos nacemos con la capacidad de poner la máquina en automático, mirar por la pantallita, apretar el botón de disparo y cortar los pies del modelo.
No, de lo que se trata si hemos hecho el esfuerzo de entender la parte teórica es de conseguir que nuestras fotos se diferencien de la media. Esto ha implicado un poco más de teórica, pero el resultado esperamos que compense el esfuerzo.
Y a partir de ahora, a hacer fotos!
jueves, 11 de diciembre de 2008
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