jueves, 18 de marzo de 2010

MOTIC SMZ168 triocular. Primer contacto

Ya que he tenido que preparar unos acoplamientos para esta lupa, he pensado que como muchos de los conceptos son comunes a otras lupas, podía hacer una descripción. Siempre habrá alguien que saque algo de información.



Sobre la mesa, y al lado de mi más modesta Vixen, se nota que estás delante de una binocular de gama media-alta. Una base grandota, que le da buena estabilidad y sobre la que no se caen las muestras por el lateral las piezas grandes (quien las tenga, claro). También me llama la atención la distancia desde el objetivo a la muestra, casi el doble que en la mía. Y sobre todo, sobre todo, el campo visual de los oculares. A pesar de que yo uso unos Kiowa WF10, que no están nada mal, con esto del Motic es como asomarse a una ventana. La nitidez es muy buena aunque a máximo aumento del zoom empieza a mostrar alguna aberración cromática e imágenes de difracción en los brillos. El contraste también es excelente, aunque ahí no puedo comparar porque la mia está hecha unos zorros y hasta que no la desmonte y limpie toda la óptica no tendré elementos de juicio. Tal y como está, desde luego, la Motic me gana por goleada.

En cuanto a salidas para fotografiar, con la barbaridad de pupila de salida de los oculares que trae, basta apoyar el objetivo de una compacta en un ocular para hacer una foto. Este modelo en concreto que estoy probando es un triocular, lo que quiere decir que tiene una salida específica para fotografiar. De hecho esta salida, que se conmuta con un tirador, lo que hace es desviar la luz de uno de los objetivos a esa salida. De forma que la calidad que se obtiene no va a variar excesivamente de la observada por el ocular, ya que usa un objetivo. Te ahorras hacer pasar la luz por el juego de dos prismas inversores y el prisma de desvío que conduce la luz al ocular, y en ese ahorro de elementos ópticos es donde puede residir la mejora de calidad que proporcione esa tercera salida.





He probado a acoplar a esa salida webcams y cámaras compactas (*). Todo funciona. La webcam (sin objetivo) se puede colocar directamente sobre cualquier acoplamiento y obtenemos una imagen de no demasiados aumentos pero nítida. De todas formas, lo ideal para este aparato es duplicar la distancia que tenemos desde el objetivo al ocular en esa tercera salida, ya que así cuando tengamos la muestra enfocada en los oculares, también estarán enfocadas (o casi) en esa tercera salida, y acoplando una cámara compacta digital obtendremos una foto de prácticamente lo mismo que estamos viendo. Problemilla adicional de este sistema es que necesitamos un tercer ocular y una cámara con el objetivo puesto (también funcionaría con una webcam sin quitarle el objetivo...aunque la calidad de los objetivos webcam no son lo mejor para meterlos ahí enmedio..). Y ventajilla nada desdeñable es que en esa disposición, la cámara no se entera de que tiene un microscopio delante, con lo que la medición de la luz, el autofocus y el estabilizador de imagen, si lo tiene, contribuyen a dar a la imagen la máxima nitidez.

Y ahora las pruebas. Por supuesto son malas. Trabajar a exposición única a esta ampliación es casi sinónimo de fracaso porque la profundidad de campo es tan pequeña que sólo una pequeña parte queda enfocada, demasiado pequeña para proporcionar una sensación de nitidez.
Y tampoco está cuidada la iluminación...sólo espero que sirvan para ilustrar los tres sistemas básicos de fotografiar con una lupa.



Caso 1. webcam sin objetivo sobre un acoplamiento sin óptica, de forma que entre el objetivo de la lupa y el chip no hay nada. Por eso y teóricamente debiera ser la que proporciona la mayor calidad, pero la calidad de las webcams es muy baja y el ruido en la imagen es muy importante a pesar de haber usado un filtro antirruido. Además los pixeles son muy pequeños y eso proporciona una imagen muy ampliada. A cambio, no hay nada más barato y permite enfocar cómodamente en una pantalla de ordenador.



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Caso 2. Cámara réflex. Como estas cámaras tienen una óptica con un diámetro de lente muy grande, no se puede usar el modo afocal que implica el uso de un ocular de proyección. Así que simplemente he sustituido la webcam por el cuerpo de la réflex. Ventajas: mucho menos ruido, control absoluto de la exposición y según que cámara, enfoque monitorizado en la pantalla. A cambio el chip es bastante más grande, lo que ofrece menos aumento y más tendencia a la distorsión en los bordes de la imagen.




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Caso 3. Cámara compacta. Posiblemente el mejor método, con la pega de que cada cámara puede dar unos resultados diferentes, y pagar más por ellas no es necesaria garantía de mejores resultados. De hecho, los sistemas de proyección de imagen que acompañan a los microscopios como accesorio suelen ser una combinación de un ocular y un objetivo para hacer funcionar cualquier réflex como una compacta.




Las ventajas de este sistema son claras. Si se regula bien, lo que se ve a través de los oculares coincide bastante bien en escala y enfoque con lo que fotografía el sistema. Según que cámara, la imagen se presenta inicialmente en un círculo, pero basta añadir un punto de zoom a la cámara para que la imagen llene todo el chip.

Además si el ocular es mínimamente decente las distorsiones son pocas y se conservan todos los automatismos de la cámara, incluyendo autofocus. Esto puede ser un problema si se pretende usar un soft de apilado de capas, como Helicon Focus o Combine Z, entre otros, porque la cámara decide donde enfocar, pero siempre se puede hacer trampa y engañarla... Para este ejemplo, he colocado un tubo al que le he añadido un ocular de un microscopio mio y un casquillo en PVC que me permite superponer la compacta sin comprometer los movimientos del objetivo al accionar el zoom o enfocar.

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(*)Cuando hablo de cámaras compactas me refiero a las cámaras de bolsillo, las normalitas. Esas que tienen el objetivo de buen diámetro dan más dificultades y mi G11, que para muchos es el TOP de las compactas, decididamente no sirve para estos usos...

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Para acabar, muestro el inventillo de acoplamiento para una compacta que he montado para esta binocular. Un ocular sobre un tubo de aluminio con la longitud adecuada para que a través de los 3 oculares se vea la imagen enfocada. Sobre ese tubo unas abrazaderas comerciales de plástico fijadas a una placa de plástico que tiene una ranura por donde se hace pasar el tornillo de 1/4” (rosca trípode) para fijar la cámara. De esta forma podemos utilizar este trastito para colocar cualquier compacta, pues las abrazaderas permiten la regulación en Z, la ranura regula en Y y (hay!) en X tenemos que desmontar las abrazaderas y meter separadores entre ellas y la placa de plástico. pero podemos hacer coincidir el eje óptico del ocular con el del objetivo, que es lo importante.



Para disparar, como la compacta no suele tener conexión para disparador a distancia, aunque muchas permite hacerlo con un mando infrarrojo) simplemente anulamos el flash, colocamos el temporizador de retarde de disparo a 10” y a esperar que todo deje de vibrar... Ah!, Y nada de macro. la montañita para enfocar, este sistema funciona bien cuando la cámara enfoca al infinito.

domingo, 7 de marzo de 2010

Iluminando piedras, caso práctico.

Rebuscando por los cajones ha aparecido una pieza recogida en algún paseo por Murcia, y he pensado que sería un buen modelo para hacer una práctica.

La pieza es fea. Pero tiene volúmenes y para el propósito servirá.

Primero he colocado el fondo. Eso en la entrada teórica eso estaba al final, pero claro, implica desmontarlo todo cuando te das cuenta. Así que nada, primero decidimos el color del fondo. Yo he usado una goma EVA negra, de las que se usan en trabajos manuales. Podría valer una cartulina negra, pero se estropean y se arrugan con más facilidad. La he levantado para hacer el fondo pasándola por encima de una caja llena de piedras para intercambiar (así pesa, pero podemos usar cualquier cosa, de verdad, sólo que la caja estaba al alcance de mi brazo) y para mantenerla en su sitio podría haber puesto unas chinchetas o cinta adhesiva, pero con una botellita de alcohol que tenía a mano y el portarrollos también funciona. No es que apueste por lo más cutre, simplemente si funciona y no sale en la imagen pues ya está bien, para que más...



Una vez decidida la posición, he levantado la pieza un poco con un pegote de plastilina. No es la posición más explícita para lo que quería mostrar, pero como de lo que se trata es de la foto, así tenía más volúmenes. Coloco el primer foquillo, que es simplemente uno de Led comprado en IKEA. No tengo una imagen de esa fase, pero ya podemos suponer que el foco ilumina tanto la piedra como el fondo. Hombre, siempre podemos limpiar el fondo luego en el procesado, pero si nos lo podemos evitar, ¿porque no? Así que he colocado una etiqueta vieja recortada para eliminar un poco la luz que cae por delante de la pieza. Otro par de cartulinas han bloqueado la luz que ilumina el fondo. Esto sí era más necesario si como en este caso, pretendemos dar algún efecto al fondo.


Perfecto, ya tenemos la luz principar iluminando bien la pieza. Pero sobre un fondo negro las sombras son sólo eso, sombras. Algo habrá que hacer para rescatar algo de luz para despejarlas un poco, a no ser que queramos una foto con connotaciones vampíricas...

Aí que al otro lado pongo una cajita como reflector y otra etiquetilla pegada con plastilina para iluminar un poco la parte trasera y la frontal. Los muevo un poco delante y detrás hasta que me gusta el efecto de relleno.

Un poquito más. Vamos a suavizar la transición de sombras. Quizás en una pieza más lisa no haría falta, pero esta con tantos recovecos me parecía que necesitaba ser iluminada algo más suave. Esto, de cualquier forma, es criterio del fotógrafo y no es una regla fija, como casi todo... Así que recorto un trozo de papel vegetal y lo pongo delante de las tarjetitas. Si lo hubiese puesto entre el foco y las tarjetas, como es el vegetal el que se convierte en emisor de luz, las tarjetas de bloqueo ya no hubiesen funcionado como esperaba. Ahora sí. De vez en cuando, voy mirando por el agujerito de la cámara para asegurarme de que no he puesto ningún difusor ni reflector delante de la pieza, que eso implicaría volver a la casilla número cero...

Ahora a darle una alegría al fondo. Que conste a estas alturas que este pedrusco no se merece tanta parafernalia y que posiblemente se vea excesivo el efecto, pero me escudo a las críticas alegando que es un ejemplo exagerado para que se entienda. Siempre es bueno tener argumentos para salir bien parado.



Pues otro foco igual al que le he pegado un canuto de cartón para limitar el diámetro de fondo que ilumina. ¿pero no va a ser blanco, no? Así que simplemente le he colocado un filtro de color de plástico delante del foco. El filtro sucísimo, pero como no forma imagen, da igual. Incluso diría que mejor, porque la porquería difumina un poco el círculo de luz y queda una transición más suave. Podemos variar el diámetro del círculo acercando o alejando el foco, y hacerlo elíptico simplemente poniéndolo más rasante respecto al fondo. Un par de fotos para asegurarnos de que las luces están equilibradas y ya está.

Y ahora al photoshop. Reducir para el tamaño de blog, y borrar algún punto de polvo que brilla sobe la goma EVA como si fuese fluorescente. Y un poco de enfoque, que cuando se reduce una foto siempre agradece un empujoncito.