sábado, 21 de marzo de 2009

Contamina, que algo queda.

Ahora me quedado estupefacto. Me ha llegado al correo la convocatoria de WWF "la hora del planeta" en el que se involucrará a gobiernos, ciudadanos y empresas a apagar las luces durante una hora como gesto simbólico de apoyo a la lucha contra el cambio climático.

Yo creía que cuando se hacía una manifestación multitudinaria, esta funcionaba en base a que una parte de la ciudadanía intentaba demostrar a otra parte de la ciudadanía que otra posible solución a un problema determinado podía existir. O simplemente para demostrar que no se está de acuerdo con ciertas iniciativas y apoyarlo por número. Pero si salimos todos: ciudadanos, empresas y gobiernos... ¿a quien reclamamos? ¿estamos pidiendo que vengan los extraterrestres a salvar el planeta como en las pelis clásicas de ciencia ficción? ¿Sacamos el planeta en romería para que una aparición mariana acabe con la sequía?.

Cuando yo era un criajo y empezaba con mi hobbie astronómico, desde nuestro primer club de aficionados en el centro de la ciudad donde vivía podíamos ver la Via Láctea. Ahora, siendo un emigrado astronómico al pueblo vecino, el resplandor que desprende mi ex-ciudad me impide verla. Ya, el progreso... Pero la reflexión debería ir hacia que la sobreiluminación (producir la electricidad que consume la iluminación produce CO2, aunque sea lejos, y nos parezca que ojos que no ven, pueblecito que no se me contamina), la deslocalización empresarial que ocasiona una barbaridad de desplazamientos para ir a trabajar y la generación de paraísos residenciales contamina, contamina y contamina. Y sobreexplota los recursos acuíferos, y ello nos hará desalar agua del mar, pero algo tendremos que hacer con el excedente de sal, y podemos seguir ad eternum... Las leyes de la termodinámica, si algo tienen, es que son inflexibles.


Un edificio sin ningún interés arquitectónico, iluminado a mayor gloria de su ególatra propietario. Seguro que hay paises que no consumen tantos recursos como los que se malgastan iluminando esta moderna pirámide.


Seamos honestos: No hay ninguna perversa raza alienígena que esté plantando bombillas, coches y campos de golf en la Tierra con el malévolo plan de dominar el mundo. Ese personajillo que va a salir por la tele en el acto simbólico de apagar la luz de un edificio tiene bastante que ver con el momento en el que estamos. Es el mismo al que la crisis sólo le afecta en que quizás la suma de sus cuentas bancarias estos años duros no se va a ver incrementada como esperaba. Ese es el que en una página de Excel calcula en estos momentos cuanto debe incrementar la factura del recibo de electricidad para que esa simbólica parada no le suponga merma de beneficios. Y no me valen ya las historias del self made man que me explicaban cuando pequeño, de que el triunfo es para los que se arriesgan y los listos: Este planeta nuestro es finito, en recursos y en necesidades. Si la población mundial demanda 1000 millones de camisetas al año vendidas a 1€, o podemos tener 10,000 personas fabricando camisetas y todos ganarán 100,000€ al año y todos podrán comer, o 9,999 personas muriéndose de hambre y un listo que fabrica 1000 millones de camisetas y que tendrá el detalle de apagar sus luces durante una hora. O cambiamos esto, o las luces se apagarán por si solas.

Yo estoy más que harto de los dias de... . Hoy es el dia del Planeta, y mañana ya podemos continuar contaminándolo. Hoy es el dia de la Mujer y mañana ya podemos volver tranquilamente a nuestra violencia de género. O jugamos todos, todos los dias, o rompemos la baraja. Pero siempre habrá quien piense que aunque se rompa su baraja puede jugar con la mia, y conseguirá adecuarse a Kyoto a costa de comprar su cuota de contaminación a paises que mantienen sumergidos en el tercer mundo. En esos paises la mayoría de la población también se sumará a la campaña... gran parte de sus habitantes no tienen luz eléctrica. Alguien se lo apuntará como éxito de participación.

Y es que al final, para el Martillo, todos somos clavos. Pero al menos, que a mi no me esperen en un acto al lado de todos los Martillos del mundo.

viernes, 20 de marzo de 2009

Un acercamiento al macro.

Llevo unos dias jugando a tomar imágenes macro. Leyendo por aquí y allá en la red parece claro que las compactas torean bien en estos ruedos, dada la barbaridad de profundidad de campo que les confiere un chip pequeñito y un objetivo de focal muy cortito. Así que he pillado como modelo a alguna de las piedras (no me atrevo a llamarla colección de minerales) que tengo apiladas en una habitación y me he puesto a probar a ver que sale.

Tengo dos compactas, una Canon y una Vivitar que conseguí de ofertón. En realidad tengo una Fuji además, pero está olvidada en un cajón sin estrenar porque salió con un defecto de fabricación reconocido por el SAT pero se negaron a hacerse cargo (Sr. Fuji, me he quedado con tu cara!!) Pero vaya, que me pierdo...Volvamos a la Canon y la Vivitar. ¿que les han dado a los diseñadores de las cámaras? Tanto les cuesta ser coherentes? Puestas en la posición de macro, las dos dan un acercamiento la mar de majo... Pero...la Vivitar se niega a disparar el flash en posición de macro. A cambio conserva el zoom, con lo que tienes un acercamiento realmente bueno. La Canon sí que dispara flash, pero el zoom.. ¿para qué?. A ver si alguien me presta una G10. Igual con una cámara más cara los diseñadores no se han tomado la molestia de desconectar posibilidades. Ahora tengo dos cámaras, con la mitad de las prestaciones que desearía cada una...

Así, que las he probado por separado. Me he apañado una lupa en un canutito de cartón para ponerlo encajado en el objetivo, y conseguir más aumento. Funciona. Funciona un montón de bien. Pero cuidadín, eso tiene un gran peligro. Si queda encajado en el objetivo y este se retrae por quedarse sin pilas o por su tiempo de desconexión, pueden cascar los miniengranajes o el minimotor que maneja el objetivo. Así que el inventillo de quita y pon.



De momento como la iluminación no está acabada de resolver, monto la Vivitar en un trípode, sobre un carril que me permite moverla acercándola y alejándola al objeto que quiero fotografiar. Como iluminación, con un foco de lectura de 6€ e apaño. Cosa curiosa lo de la iluminación en macro. Una bombilla como la que utilizo en un uso normal se comportaría como un foco de luz bastante dura, pero en macro, la superficie de emisión de luz es una burrada de veces más grande que el objeto a fotografiar, así que realmente una bombilla opal se comporta como un gran paraguas difusor. y eso es una gaita porque a escala pequeña, para definir los objetos empieza a tener más importancia la forma que el color, y para definir la forma es necesario tener sombras. Para más inri, las distancias porcentuales desde el foco a las distintas partes de la imagen, y la distancia entre las partes iluminadas y las partes en sombra hacen que haya muy poca variación de intensidad luminosa, y que los reflejos rellenen las sombras.

Ya me estoy quejando... No, salen cosas enseguida, solo son cosas que voy encontrando sobre la marcha. Cosas tan frustrantemente divertidas como que fotografiar fluorita es casi imposible en cuanto te pones en modo macro: la transparencia que presentan los cristales casi iguala la luz que reflejan las facetas de los cristales. Así que sus formas desaparecen en cuanto lo intentas... Bueno, es un incentivo para continuar intentándolo. Pero salen, claro que salen. El cristalito biterminado de cuarzo de la foto lo descubrí en la roca haciendo precisamente las pruebas con estas cámaras, y mide apenas 3mm. Y bien majo se ve...

martes, 3 de marzo de 2009

Ambiente, ambiente

Una amiga y compañera de viajes me ha enviado esta foto. De hecho ella es una de las "culpables" de que haya atropellado en este blog algunas ideas acerca de la fotografía. Y fotografías como estas son las que empujan a continuar escribiendo, aunque a veces el tiempo desaparezca y las entradas se espacien.

Antes de nada indiquemos que está hecha con una camarita compacta de esas cuya mejor virtud fotográfica es que caben en el bolsillo de la blusa, y que su color hace juego con el de la blusa.

Otro detalle que no podemos obviar es que esa es su habitación. Ahí donde llega por la noche cansada y bostezando y de donde se levanta zombie y ciega hasta que se lava la cara con un buen café. Lo que quiero decir es que en la habitación propia podríamos tener un muerto y no nos daríamos cuenta hasta que alguien lo moviera de sitio. Pasamos por los sitios que nos son habituales sin procesarlos en absoluto. Una de las claves de que alguna de mis fotos de viajes se dejen mirar es que son de viajes, y muestran lugares y personajes que nos son extraños. Eso llama nuestra atención. Si intento hacer la misma foto en mi entorno, no vale nada. Una de mis frases favoritas, no se si ya la he escrito, es que para nosotros un niño negro lleno de mocos es una perfecta síntesis de la infancia en el tercer mundo. Un niño blanco con mocos es que tiene un padre que es un marrano... Supongo que vistas esas fotos por un negro, el significado se invertirá.

Y a pesar de camarita de cartón y legañas, es una foto que ronda la perfección. Una imagen dividida por una diagonal virtual que separa luces y sombras. Unas luces tamizadas y unas líneas que conducen a una tumbona que invita al reposo y la lectura. Unas piezas de cama indolentemente cruzadas en la esquina. Ningún gran centro de interés que frene nuestra mirada, que se pasea flotando por la habitación como una polilla, sin detenerse demasiado en ninguna parte, que nos lleva a descubrir las suaves líneas orgánicas de la sombra de la tumbona y las molduras de la pared. Las tablas del suelo, añadiendo profundidad, por líneas y por tono. Y el tono sepia, que aquí no es sinónimo de antiguo sino de calor primaveral. Un tono sepia tomado como opción directamente en la cámara, sin haber pasado por Photoshop. En resumen, esa es la foto del ambiente que nos gustaría que respirara en nuestras habitaciones. una imagen con una poderosa fuerza icónica.

En fín, no se si se nota que la foto me encanta. Y la quería poner de ejemplo de lo que una mirada escrutadora puede descubrir en su entorno más inmediato.