viernes, 5 de diciembre de 2008

Un pequeño cursillo de fotografía (III)

Pixeles, formatos y Photoshopeos. Sí, quizás la parte teórica igual se está haciendo un poco larga, pero es necesaria. Consolémonos pensando que a estas alturas, ya sabemos más que muchos de los vendedores de cámaras fotográficas que corren por ahí. Y en un par de rollazos de teórica más, yo creo que nos vamos a mirar nuestras fotos con otros ojos...

Pixel

Ya ha salido esta palabra antes. El tema es que cuando empiezas con digitales, todo debe ser digital, es decir, todo debe tener una cantidad medible y entera. Y eso tambien vale para el sustituto del negativo. Alli donde teníamos el negativo ahora tenemos un chip dividido en cuadraditos como una página de libreta cuadriculada. Cada cuadradito es un pixel y es la unidad menor de imagen que tenemos. De hecho, ahí no hay nada de imagen. Un pixel simplemente registra cuantos niveles de rojo, de verde y de azul le llega y entrega un cuadradito de color liso. Ese cuadradito, junto a todos los que le rodean, acaban formando la imagen, como su fuese un tejido bordado a punto de cruz. Cuantos más pixeles tienes en el chip, más detalles diferenciados es capaz de captar tu cámara, aunque eso tiene un límite en la resolución que ofrece la óptica del objetivo: llegamos a un momento en que hacer los pixeles más pequeños para que quepan más en un determinado chip no sirve de nada excepto como argumento comercial. Si el objetivo tiene calidad suficiente para que la imagen que crea de un punto sea de 5 milésimas de milímetro, por ejemplo, de nada nos sirve poner pixeles más pequeños… . El concepto importante aquí es que si tenemos un chip que tenga 1000x1000 pixeles, pues tenemos 1 Megapixel (1 Mpx.). Cualquier cámara tiene 7 Mpx ahora… y teniendo en cuenta que eso ya está por encima de lo que era capaz de conseguir una buena cámara de las analógicas, tampoco es muy lógico dejarse arrastrar a la guerra de los megapixeles. Sobre todo porque ya hemos llegado a ese límite de la óptica. Además un pixel más pequeño tiene problemas adicionales. Le caben menos fotones, y poniendo un ejemplo, no es lo mismo llenar un cubo grande de canicas, donde caben miles a llenar uno pequeño donde caben un par de docenas. Un error de 3 o 4 canicas no representan el mismo error porcentual…y la calidad final de la imagen se resiente.La única forma honrada de tener más pixeles es tener un chip más grande, pero entonces la cámara deja de caber en el bolsillo.



Esta es una imagen normalita. Vista así de lejos nada la distingue de una foto clásica de las de carrete, pero si ampliamos un trozo lo suficiente, se ven los cuadraditos individuales de los pixeles. Pero tranquilos, para que ese ojo se vea así he ampliado la imagen a 1200%. A no ser que alguien quiera empapelar la torre Eiffel con su foto-recuerdo de París, eso no se va a notar. Es cuestión de no dejar entrar en casa a amigos con microscopio.



Además ahí hay un detalle un poco perverso escondido, sobre todo en las cámaras más sencillas. A nadie se le escapa que una imagen de más megapixeles ocupa más memoria, o lo que es lo mismo, caben menos fotos en una tarjeta. Y eso debe haber sido considerado como un problema para sus aspiraciones comerciales por los fabricantes. Así que se han inventado la compresión.

El formato

El formato es la forma en que la información se guarda. Lo que parece normal sería que la información fuese del tipo en el que se identifica un determinado pixel con verticales y horizontales como si fuese un crucigrama, y dar el dato de que nivel de cada color rojo, verde y azul (RGB en las iniciales en inglés) hay en ese pixel. Eso sería toda la información captada, pero eso ocupa mucho… Y aunque hay cámaras que utilizan algo así, en formato Raw o Tiff, la mayoría de las cámaras graban en formato JPG que lo que hace es suprimir información que se supone que no somos capaces de ver para que el fichero generado sea más pequeño. O sea, tanto ruido con los niveles de gris y esas cosas, y luego nos vienen con las rebajas.

Tampoco hay que demonizar este formato, sobre todo últimamente en que la aparición de tarjetas de memoria con más capacidad parece que ha propiciado que la compresión que determinan los fabricantes sea menor. Ahora yo diría que un JPG tiene las mismas o mejores posibilidades de dar detalles que un buen negativo analógico, y salvo en superficies casi lisas de color, como un cielo, son prácticamente indistinguibles de los Raw de cámaras más profesionales.

El Photoshop

Ya sé que hay otros programas de tratamiento, pero este es el más utilizado, así que yo incluso utilizo el verbo “photoshopear”. Espero que los de la Academia de la Lengua no lean esto…

Todos hemos oido, o peor hemos dicho al amigo que produce unas imágenes más llamativas lo de “claro, tu haces trampa con el ordenador”.

No. El tratamiento simplemente sustituye al revelado, con la ventaja de que en lugar de hacerlo una persona que cobra dos terceras partes del sueldo mínimo interprofesional (y esas ganas le pone) ahora lo hacemos nosotros con todas las ganas para conseguir los mejores resultados. Incluso si se lleva la tarjeta directamente a la tienda de revelado (si, el papel todavía existe!) antes de imprimir las fotos estas suelen pasar por un proceso standar y automático que permite mejorar el aspecto general de todas las fotos, aun a costa de estropear un poco cada una. Ya se sabe. El dicho de si quieres algo bien hecho, hazlo tu, tambien se aplica aquí.

Por supuesto, el tratamento no es más que una caja de herramientas, y cada uno las utiliza como su habilidad y honradez le permite. Pero el resultado siempre es obra del autor y no del programa. Ya bucearemos más en esto en cuanto nos pongamos a jugar con fotos y dejemos los rollazos teóricos.

Hasta el viernes que viene :D

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